La prostatitis es la inflamación de la glándula prostática que se desarrolla gradualmente, continúa por un período prolongado y los síntomas son muy sutiles de inicio.
La prostatitis se detecta en 5 de cada 1,000 pacientes ambulatorios y se estima que no menos del 35% de los hombres mayores de 50 años pueden tener prostatitis crónica. El aumento de riesgo se asocia en hombres mayores de 30 años.
¿Qué la ocasiona?
Es causada generalmente por una infección bacteriana y puede estar asociada o ser secundaria a una infección del tracto urinario, a una uretritis, epididimitos o a una prostatitis aguda. Las bacterias más comunes son la Escherichia coli, Proteus, Enterobacter y la Klebsiella.
Existen ciertos factores que pueden predisponer a una persona a desarrollar prostatitis crónica, tales como: El consumo excesivo de alcohol, lesión perineal y ciertas prácticas sexuales (particularmente sexo anal sin condón). Se ha planteado que estos factores pueden causar congestión de la glándula prostática que ofrece un excelente terreno para la reproducción de diversas bacterias.
SÍNTOMAS
La sintomatología de la prostatitis leve se caracteriza por dolor de espalda, dolor perineal o en el piso pélvico, dolor testicular, ardor a la micción (orinar), dolor con la eyaculación y puede haber dolor con el movimiento intestinal. Lo anterior aunado al antecedente de infecciones del tracto urinario frecuente o recurrente.
También es posible que no se presenten síntomas, o que además de los anteriores se presente incontinencia y una coloración anormal de la orina.
DIAGNÓSTICO
Se realiza primeramente con el examen físico, en el que podemos encontrar una próstata agrandada y ligeramente sensible, al igual que ganglios linfáticos inguinales agrandados y/o sensibles, hinchazón escrotal, sensibilidad y secreción uretral.
En los estudios de laboratorio y específicamente en orina se practica el cultivo y el análisis. Para esto es necesario recoger la orina en tres momentos diferentes: 1 chorro inicial, 2 chorro intermedio, 3 masaje prostático posterior hecho por el examinador. Este estudio de orina revela el incremento de los GBS (glóbulos blancos sanguíneos) y el crecimiento bacteriano en el cultivo de orina nº 3. Las secreciones prostáticas contienen altos niveles de los GBS y mayor crecimiento bacteriano concentrado en el cultivo. El cultivo de semen también puede mostrar aumento en el número de glóbulos blancos y una disminución en el número de espermatozoides con motilidad pobre.
TRATAMIENTOS Y RECOMENDACIONES
El tratamiento específico para la prostatitis será determinado por su médico de acuerdo con:
- su edad, su estado general de salud y sus antecedentes médicos
- la gravedad de la enfermedad
- su tolerancia a determinados medicamentos, procedimientos o terapias
- sus expectativas para la evolución de la enfermedad
- su opinión o preferencia
Prostatitis bacteriana crónica: El tratamiento de la prostatitis bacteriana crónica generalmente consiste en la administración de medicamentos antimicrobianos durante cuatro a doce semanas. Este tipo de prostatitis es difícil de tratar y puede ser recurrente. Si la infección no responde a la medicación antimicrobiana, es posible que se recete medicación antimicrobiana en bajas dosis durante un período de tiempo prolongado. Quizá sea necesario recurrir a la cirugía.
CIRUGÍA: Si la terapia médica no es eficaz, se puede practicar la resección transuretral de la próstata. Esta cirugía por lo general no se realiza en hombres jóvenes, debido a que puede causar eyaculación retrógrada, lo cual puede llevar a esterilidad, impotencia e incontinencia.
OTRA TERAPIA: Los baños calientes pueden aliviar algo del dolor perineal y del lumbago. Se han utilizado muchas otras terapias, como el masaje prostático, la acupuntura y los ejercicios de relajación. Sin embargo, ninguna de estas terapias ha demostrado que ofrezca beneficios
Siempre consulte a su médico para obtener más información sobre el tratamiento de la prostatitis.
RECOMENDACIONES
Se recomienda la micción completa y frecuente para disminuir los síntomas de urgencia y frecuencia urinaria, aumentar el consumo de líquidos (2,000 a 4,000 ml por día) para facilitar la micción frecuente y con ello barrer las bacterias de la vejiga y disminuir los síntomas urinarios (hay que evitar los líquidos que irriten la vejiga, tales como: El alcohol, los jugos cítricos, los alimentos picantes o calientes y la cafeína). No todos los tipos de prostatitis se pueden evitar, pero se pueden prevenir aquellos que están asociados con enfermedades de transmisión sexual, teniendo un comportamiento sexual seguro.
COMPLICACIONES
Una de las complicaciones cuando el crecimiento prostático restringe el flujo urinario es la retención urinaria que puede causar daño renal.
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